Psicólogo

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Javier Serantes

Cincuenta euros por sesión. Suelo establecer una frecuencia de una sesión cada quince días.

La primera consulta es algo más que una toma de contacto. Pretendo que el cliente salga con la sensación de que algo ha empezado a cambiar, de que puede conseguir salir de su situación. En definitiva: que la solución a sus problemas comience en esa primera sesión. Nadie debería sufrir innecesariamente, así que cuanto antes podamos aliviar el sufrimiento de alguien, mejor.

Licenciado en Psicología y Máster en Psicología Estratégica. He impartido cursos de formación en Psicología para la UNED y trabajado, aparte de en mi consulta privada, como psicólogo en centros de atención a pacientes con trastorno mental severo.

Todo tipo de pacientes, a excepción de problemas con adicciones y drogodependencias.

Normalmente disfruto en todas mis consultas. Encontrar las soluciones adecuadas a un problema y aplicar las prescripciones apropiadas a cada caso, es un trabajo que mezcla parte de ciencia con otra parte, no menos importante, de arte. Conducir un diálogo con un cliente y llevarlo a descubrir sus contradicciones, sin que ello genere resistencia por su parte, es lo más gratificante y, también, lo más difícil del trabajo en consulta. Mis proyectos nunca suelen alargarse más allá de las diez sesiones, lo normal está entre cinco y ocho.

Un profesional se supone que es un experto en su campo, que dispone de los conocimientos necesarios, a nivel teórico, para poder entender las circunstancias que rodean al cliente y los motivos por los cuáles éste actúa de la manera en que lo hace. Tiene que dominar, además, las técnicas necesarias para engarzar estos conocimientos con la práctica terapéutica. Todo profesional que apele al consuelo, la compasión, los lugares comunes en las respuestas que proporciona, incluso aquel que apele a la razón como método de ayuda, bajo mi punto de vista, no será un buen profesional; para dar consejos de sentido común, para consolar e incluso para cuidar, ya están la familia, los amigos y hasta el camarero. Un Profesional de la psicología ha de entender cual es el problema, sus bases emocionales y, mediante un diálogo estructurado , llevar a la persona a percibir su caso de forma distinta, sabiendo que un pequeño cambio inicial en la percepción de las cosas provocará, con el paso de las sesiones, un gran cambio en todo el sistema del paciente, y para todo esto no son necesarias un número de sesiones interminable.