Una primera toma de contacto para conocer el alcance de su proyecto y sus inquietudes.
Después se plasma a nivel práctico cuáles serán las actividades a llevar a cabo para la consecución del objetivo.
Una vez definidas, son valoradas y aprobadas (o rechazadas) por el cliente.
Se establecen los plazos y condiciones generales en el contrato.
Una vez firmado el contrato, e iniciados los trabajos, el flujo de información con el cliente es constante, para conocer el avance del proyecto y para moldear, en su caso, posibles correcciones o ampliaciones.
Una vez finalizado intento obtener un feedback por parte del cliente acerca de todo el proceso realizado.