Gema C.février 2019
Cuando conocí a Adriana estaba cursando sus estudios como coach, por tanto, se notaba que todavía no tenía experiencia y la percibí un poco más como una persona/amiga con la que desahogarme, algo que me vino bien, pero claro está que eso no soluciona nada, es un alivio momentáneo pero no dejas de regodearte en los problemas/penas. Lo que hizo posteriormente es hacerme preguntas para llegar a conclusiones por mí misma que en algunos casos me funcionaron. Lo que también me vino bien es una lectura que me recomendó que no pude aplicar a mi vida pero ella me dio una respuesta que me valió de mucho. Me hizo pensar desde otro punto de vista que me vino bien. A veces precisas que alguien te haga las preguntas oportunas, palabras realistas y con objeto de llegar a una conclusión que te haga feliz, algo que no te proporciona normalmente una amiga, sino una buena coach, que es lo que es Adriana.